Si piensas que
la aventura es peligrosa, prueba al rutina. Es mortal.”
Paulo Coelho.
Activity: Hiking
Date: 25/03/2012
Distance: 9.92 km
Total Time: 04:54:27
Average Speed: 2.02 km/h
Start
time: 09:46:10
End
time: 15:18:04
Best(1000
m): 3.28
km/h
Max
Speed: 6.92
km/h
Max
Pace: 08:40
min/km
Average
Pace: 29:40
min/km
Tot climb: 682
m
Tot descend: 655
Manzanares
|
El Yelmo, también conocido como Peña del Diezmo, es un risco de la Sierra de Guadarrama
ubicado en el término municipal de Manzanares el Real; con una altura de 1717
metros, es uno de los puntos más
emblemáticos de la Pedriza Anterior, especie de submacizo granítico adosado a
la vertiente sur de la Cuerda Larga.
Se trata de un peñasco notable: es una enorme masa de granito anaranjado,
de una sola pieza, de tal magnitud que hay quienes observan que “ podría
esculpirse el Monasterio de El Escorial a tamaño natural” (no es una
exageración: afirman haber realizado los cálculos con rigor).
La primera ascensión al risco la realizó Casiano del Prado en 1864 y desde
entonces es un importante reclamo de
escaladores, senderistas e innumerables domingueros.
Tras dejar el coche en Canto Cochino, emprendimos la marcha cruzando un joven manzanares, en esta ocasión
bastante menguado en su cauce, y tomamos la senda de frente para iniciar una
dura ascensión que nos llevo tras una
hora aproximadamente a la Gran Cañada.
Desde aquí tomamos, a nuestra izquierda, una fuerte pendiente por las Carboneras que
nos llevará hasta el Collado de la Encina y, en un kilómetro más estaremos en la Pradera donde
podremos disfrutar de ese espléndido lugar, en el cual domina sobre todo, la
majestuosidad de esta gran mole de piedra. Parece ser, según observamos, un
paraíso de la adherencia; su cara sur, la más famosa, es una inmensa llambría
prácticamente sin un agarre donde los escaladores ponen a prueba sus nervios y
los de los familiares más allegados. La norte
es más inclinada; el paso del tiempo y las inclemencias han castigado la roca, tallando una
superficie más rugosa a la par que ha abierto notables fisuras.
El trayecto no deja de sorprendernos; son continuos los laberintos de rocas de formas fantásticas en
cuyos intersticios prosperan jaras pringosas y raquíticas carrascas. A lo largo de la marcha
mil sendas nos sorprenden e incitan a la pérdida.
Tras superar la pradera, buscamos la cara norte del roquedal, lugar donde la ascensión no exenta de
riesgo, es más adaptada a nuestra
condición de bípedos. Un continuo trepar entre las rocas nos lleva al último y
más complicado paso para hacer cima. Una
grieta de gran estrechez abierta en la roca será la puerta de acceso a la cima.
De manera antinatura, andando de lado, vamos salvando distintos desniveles
donde las más insospechadas partes de nuestro cuerpo cobran especial relieve para tal ascenso.
La salida de la grieta nos lleva al vértice geodésico, cima de este espacio
singular. Panorámicas de distinta orientación absorben nuestra atención y
permiten que alguna que otra fotografía plasmen tal momento.
"A veces, las mayores y más angostas estrecheces, como las de la grieta de ascensión al Yelmo, nos llevan a los más amplios y luminosos horizontes, como los de la cumbre de esta magnífica cumbre de la Pedriza." (Aportación de Clodo; comandante de la expedición)
- ASCENSIÓN AL YELMO. MARZO 2012 on PhotoPeach
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