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martes, 12 de diciembre de 2023

Viaje a Rumanía en el puente de Diciembre 2023. Castillos y palacios.

 En el puente de diciembre de 2023 guiados por Elena y David disfrutamos de un fantástico viaje a Rumanía.

Hotel.

Tras aterrizar en Bucarest, y  tras tres horas de viaje en autobús - nos dirigimos en pleno corazón de la cordillera de los Cárpatos (Transilvania) a la localidad de Bran, lugar donde nos alojaremos esta primera noche.


Castillo  de noche.

Tras acceder al recinto, encontramos un bello parque,  Parcul Regal, con un pequeño lago desde el que admirar el schildmauer (muro sobre el que se levanta un castillo en una montaña) del castillo.

Lago y  castillo.

Allí, en esta localidad, se encuentra el castillo de Bran;  Es la fortaleza más conocida en Rumanía por su tradicional vinculación al famoso personaje de Drácula de la novela de Bram Stoker.



Acerca de la leyenda, la única certeza que albergábamos es que Drácula nunca vivió en el Castillo de Bran. De hecho, cuentan que fue Nicolae  Ceausescu, el que a sabiendas de que el Castillo de Bran era mucho más espectacular que el de Poienari, comenzó una campaña de marketing para atraer al incipiente turismo extranjero hasta la fortaleza. Y muy acertadamente lo hizo, si es que fue así, pues pronto el Castillo de Bran se convirtió en el gran reclamo turístico de Transilvania -y de Rumanía-, atrayendo a más de medio millón de visitantes al año.


Tejados y torre circular.

Incluso, puede que ni Bram Stoker se inspirase en este lugar para ambientar la residencia de Drácula en su novela. Stoker nunca visitó Europa central, y halló su inspiración en los relatos de un erudito húngaro llamado Arminius Vámbéry. Además, en Rumanía hay otros castillos con mayores posibilidades de haber alojado la morada de Drácula.


El castillo no es muy grande, es verdad. No es el castillo de Drácula, cierto. Pero es un castillo curioso, está muy bien restaurado, se encuentra perfectamente conservado y, desde luego, posee una arquitectura única, digna de visitar.

Interior del castillo

Historia.

Situado sobre una roca a 60 metros de altura, el castillo de Bran es de estilo neogótico. Mircea el Viejo, abuelo de Vlad Tepes, convirtió al castillo en una fortaleza residencial con estancias, mazmorras, patio de armas, torres de vigilancia y pasadizos subterráneos.

Bran era un emplazamiento estratégico por encontrarse en pleno desfiladero de Bran, uno de los pasajes transcarpatianos más importantes en la frontera entre Transilvania y Valaquia, utilizado como ruta comercial y lugar destacado desde donde acometer las invasiones militares.

Inicialmente, el Castillo de Bran (“branasignifica “puerta” en eslavo) era un baluarte conocido como La Piedra de Dietrich. Fue erigido por caballeros teutónicos –orden religioso-militar alemana- en 1212, como una posición fortificada en la entrada de un puerto de montaña a través del cual los comerciantes habían viajado durante más de un milenio.


Patio Central y pozo.


En 1242, fue destruido por los tártaros y en 1377, Ludovic D’Anjou, rey de Hungría, dio a los habitantes de Brasov el privilegio de construir un castillo en el lugar de la vieja fortaleza.

Luego, entre 1419 y 1424, el castillo estuvo en manos del rey de Hungría, y entre 1438 y 1442, fue utilizado como defensa contra el Imperio otomano.  Más tarde se convirtió en un puesto de aduanas en el puerto de montaña en la frontera entre Transilvania y Valaquia.

Despué de la Primera Guerra Mundial, se firmó el Tratado de Trianon, donde la región de Transilvania fue cedida al Reino de Rumania, y con ello, el castillo de Bran pasó a pertenecer a la administración rumana, que lo cedió a la Reina Marie, convirtiéndolo en su residencia de verano.

Estancia con elementos medievales


Después de la muerte de la Reina, el castillo pasó a manos de su heredera, la princesa Elena de Rumanía, que descuidó mucho su conservación. Pero tras la restauración de la década de 1980 y la Revolución rumana de 1989, pasó a ser un importante destino turístico.

Tras la Dictadura, el gobierno rumano devolvió el castillo al heredero de la princesa Elena, Dominico de Habsburgo, que puso en venta el castillo por el precio de 50 millones de euros, pero finalmente los tratos no llegaron a cerrarse y la propiedad sigue en manos de los Habsburgo.

En una publicación de la revista Forbes, el castillo fue valorado en 140 millones de dólares, cantidad justificada por los expertos debido a los ingresos que podría proporcionar este edificio histórico como destino turístico. Según las últimas noticias, la familia Von Habsburg ha decidido formar una sociedad a medias con las autoridades rumanas para mantener el castillo abierto a los turistas.


Vlad Tepes 


Sobre Vlad Tepes  (1431-1476). Príncipe de Valaquia durante el siglo XV, la inusitada crueldad de que hizo gala durante su gobierno dio pie a una leyenda diabólica que pasó a la literatura de la mano de Bram Stoker. Se cree que liquidó a más de 100.000 personas, y que disfrutaba asistiendo a muertes lentas que incluían torturas, descuartizamientos y sobre todo empalamientos, de donde le viene su siniestro apodo, pero no parece probable que mordiera cuellos. Fue un tirano y un guerrero cruel, pero no un vampiro. 

 Palacio de Cantacuzino


El Palacio Cantacuzino se asienta en Busteni, localidad abrazada por los Cárpatos de Transilvania, una región de bosques, pueblos y castillos impregnados de leyendas;fue construido en 1911, primero como pabellón de caza y luego como residencia del príncipe Gheorghe Grigore Cantacuzino, quien fuera alcalde de Bucarest y dos veces primer ministro de Rumania en los primeros años de 1900.

Vista exterior.


El noble falleció en 1913, solo dos años después de que se completara el proyecto. Elevado sobre una colina con vistas al pueblo de Busteni que se extiende a sus pies, el palacio está formado por el edificio principal y otros pabellones administrativos y para el servicio, además de una capilla. Fue propiedad de la familia hasta 1948, cuando se nacionalizó para convertirlo en un sanatorio.

Mosaico.


 El príncipe Cantacuzino quiso recrear su reino particular. Para ello llamó a los mejores arquitectos de Rumania, quienes diseñaron su recinto palaciego. Tras la fachada con balcones y arcadas, se abre un interior señorial que puede visitarse por libre. Destaca el Salón de Baile, ejemplo de la arquitectura rumana Brâncovenesc, un estilo que imperó en los siglos XVII y XVIII, que mezclaba detalles bizantinos, otomanos y del Renacimiento tardío, una estancia que plasma el esplendor con el que vivían los nobles de aquellos años



Sala interior.


En la decoración abundan los adornos art nouveau, suelos de mármol y de parquet con dibujos, vidrieras, mosaicos, escaleras de roble con pasamanos de forja, y techos de estucos y madera tallada. Abundan las chimeneas de piedra caliza blanca con láminas de oro y mosaicos con incrustaciones, y puertas de roble talladas con ornamentación vegetal.

Candelabro gigante.


En el interior se exhibe una extensa colección de escudos de armas de los Cantacuzino. También hay una galería con retratos de una docena de antepasados ​​realizados en cuero cordobés. Otra estancia está adornada con frescos y los escudos de armas de 27 miembros de la familia. El único accesorio de iluminación original que queda es un candelabro gigante, réplica del que cuelga en el Gran Museo Hagia Sophia de Estambul. En 2015 se inauguró la Galería de Arte del Castillo de Cantacuzino, donde se muestran ejemplos de arte contemporáneo de la Sociedad de Artistas Figurativos de Rumania.

 Castillo de Peles - Sinaia.


El palacio.

El Castillo de Peles, que toma el nombre del río cercano, es la gran joya de la población de Sinaia y una de las atracciones más visitadas de Rumanía. Pero el Castillo de Peles no es un castillo al uso con torres y almenas, es más un fenómeno arquitectónico: una gran y moderna casona del siglo XIX convertida en residencia de verano en mitad de un paisaje espectacular en el corazón de los Cárpatos.

Paisaje
Tras la visita del monarca Carlos I, primer rey de Rumanía, a la localidad de Siania, decidió construir un castillo en la zona, impresionado por la bella naturaleza del lugar. Tras la compra de un terreno cercano al Monasterio de Sinaia, se coloca la primera piedra del castillo, en el año 1875, bajo la cual se entierran las primeras monedas de lei con la cara del monarca.

Fueron varios los proyectos arquitectónicos para el castillo al estilo de los castillos del Valle del Loira, aunque Carlos I se decantó por un proyecto de estilo neorrenacentista alemán con elementos del Renacimiento Italiano, el gótico y el rococó francés. Y por esta mezcla arquitectónica, su decoración interior, su ubicación y su historia, el Castillo de Peles es un lugar único en Europa.

Detalles de la entrada.

Aunque el castillo se completó y se inauguró en 1883, sólo fue finalizado 20 años más tarde, cuando se añadieron todas las accesiones y ampliaciones.

Se considera que el Castillo de Peles fue uno de los más modernos al momento de su construcción: se le dotó de su propio generador eléctrico, así que disponía de electricidad. También disponía de un techo de cristal desmontable con ayuda de un motor eléctrico que permitía al rey disfrutar del cielo estrellado en las noches de verano. Además, disponía de calefacción y ascensor.

Lámparas y techos.

Pero además de ser un castillo confortable, tenía todo lo que se le puede pedir a un palacio: mármol de carrara, metales preciosos, alfombras, cristal,… Desde luego al Castillo de Peles no le falta un detalle y no hay rincón en el mismo en el que la vista pueda descansar del abigarramiento de objetos, adornos, ornamentos y telas.

Los reyes residían en el castillo durante los meses de verano, de mayo a noviembre, y por ello, allí se llevaron a cabo importantes reuniones políticas y se dio cobijo a numerosas personalidades de la época. Allí nació Carlos II, sucesor al trono, y allí se celebró la boda de su hermana.

Sala comedor.

Cuando el rey Miguel I se vio obligado a abdicar en 1947, el Estado confiscó el castillo de Peles. Después de la revolución de 1989, el castillo fue devuelto al antiguo rey. Durante la época de Ceausescu, entre 1975 a 1990, el castillo estuvo cerrado el público y hubo que esperar a 1991 para verlo reabierto como museo.

El Castillo de Peles con 160 habitaciones posee despachos, salones, comedores, dormitorios, baños, pasillos, salas de estar, salas museo, biblioteca, exposiciones de armas, e incluso una sala de teatro, con un pequeño escenario y 60 asientos.

Salón árabe.



FOTOS.

VIDEO.

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