DESDE MI BALCÓN: Pontón de la Oliva (Patones)-Presa de la Parra

Aprieta el calor, es 3 de julio de 2021; “Por mucho que quiera ser, en julio poco ha de llover” “o "julio caliente quema al más valiente” son refranes de este mes que aciertan plenamente con lo que julio nos ofrece; mes muy seco y de calor abrasador.

En la creación de nuestro entorno intervino la madre naturaleza y la imprevisible mano del hombre: La naturaleza llevó su curso y surgieron llanuras, valles o cadenas de montañas guardando un sutil equilibrio y del hombre mucho podríamos hablar, en muchas ocasiones, no siempre bien... a partir de las necesidades más básicas edificó grandes y pequeñas construcciones, unas veces con más y otras con menos acierto.

"La naturaleza sin las múltiples señales (acertadas y desacertadas) de la mano del hombre es más sublime: protejamos la naturaleza -procurando no intervenir en ella - de manera que no entren en riesgo los ecosistemas con todos los seres vivos y componentes que la conforman."

La marcha de hoy la podríamos denominar ruta del agua, y en nuestro paseo vamos a poder ver, de primera mano, los inicios de la construcción de las obras hidráulicas para el abastecimiento de Madrid y su interesante historia.

Esta ruta del agua se inicia en el aparcamiento del Pontón de la Oliva. Cruzamos la carretera y nos encontramos a la izquierda con la ermita de la Virgen de la Oliva. Seguimos la marcha y al llegar a la presa vamos por la pasarela de la izquierda. Allí, al poco del inicio, nos sorprende un interesante mirador: conocido como “el balconcillo” permite tomar una primera imagen de la espectacularidad del valle. Marcas rojas y blancas del GR-10 y GR-88 - nos acompañaran . Bordeamos la presa del pontón por la pasarela construida en la pared del barranco y tomamos la senda perfectamente señalizada.

Siguiendo el curso del río nos acompaña un estupendo fresnedal con ejemplares muy singulares. También, a nuestro paso, encontramos algunas construcciones y varias oquedades en la pizarra que se utilizaban como minas de ataque del canal de la Parra.

En nuestro paseo, se interrumpe el silencio con los trinos de multitud de pajarillos que ocupan la ribera de este río; algunos de ellos tan populares como los ruiseñores, lavanderas blancas, martín pescador, pollas de agua, mirlos , jilgueros o los pequeños verdecillos .

Más información sobre la fauna del valle.

La presa del Pontón de la Oliva, de 27 metros de altura y 72 metros de ancho, es una impresionante obra de ingeniería hidráulica. Está construida en sillería y mampostería de caliza, la roca que encontramos en los alrededores.

Desde mediados del siglo XVIII ya se tenía la idea de suministrar agua a la corte desde algunos de los caudalosos ríos de la Sierra de Madrid. Es a mediados del siglo XIX, durante el reinado de Isabel II, cuando se seleccionó el pontón de la oliva como el lugar más adecuado para construir la primera presa de Madrid.

En la construcción de la presa trabajaron más de 4000 personas de los cuales algunos eran vecinos de Patones y, entre 1500 y 2.000 eran presidiarios de las Guerras Carlistas. Las obras duraron desde 1851 hasta 1853 en la primera fase y el agua llegó finalmente a Madrid en 1958. Durante este tiempo se construyó el canal del Lozoya o canal de Isabel II por donde se transportaba el agua, con una docena de acueductos y unos 70 kilómetros de conducciones.

Durante las propias obras ya comenzaron a producirse infiltraciones a causa de la naturaleza de las calizas sobre las que se asentaba la presa. Posteriormente se realizaron construcciones accesorias para frenar las pérdidas de agua como la presa de Navarejos y la Parra, también en Patones. Al final se opto, en 1904, cuando el nivel del embalse enraso con la solera de la torre de toma, por inutilizarla para el aprovechamiento hidráulico. La presa nunca fue económicamente rentable.

Más información.

Saliendo, por una entretenida senda, de la presa del Pontón de la Oliva, en aproximadamente dos kilómetros llevaremos a una pista de servicio del Canal de Isabel II. Continuamos esta pista caminando paralelos al río Lozoya. Siguiendo el camino nos encontramos primero con la presa de Navarejos y a unos 2 kilómetros llegamos a nuestro destino, la presa de la Parra.

La vuelta la haremos deshaciendo el mismo camino por el que hemos ido. A lo largo del recorrido si mantenemos la atención podremos observar numerosos reptiles y anfibios como ranas, tritones, culebras y salamandras.