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domingo, 18 de abril de 2021

Circular Monte Abantos.

Nuestro universo se construyó sobre leyendas. Y las leyendas nos ayudan  a comprender   la vida, a nosotros mismos y al mundo que nos rodea . Surgen de sentimientos, miedos, y emociones. Partiendo de lo inexplicable generan un pensamiento y se incorporan a la cultura, a las tradiciones y a la historia. En la mayoría de las ocasiones carecen de explicación, no tienen sentido y sólo parten de la creatividad de algunas personas: individuos cuya vida se eleva más allá del cielo o desciende hasta más abajo de las entrañas de la tierra. Es así como nacen las leyendas.

 "No vemos las cosas como son. Vemos las cosas como somos"


Interesante y divertido paseo que propuso Álvaro - ascensión al  Monte Abantos – lugar con mucha historia, mitos y leyendas. En sus laderas se encuentran el Monasterio del Escorial y el Valle de los Caídos. Este monte ha sufrido muchas vicisitudes en forma de incendios, pastoreo excesivo y talas indiscriminadas. 

Se denomina indistintamente pico o monte; el Abantos pertenece a la Sierra de Guadarrama y aunque sólo cuenta con 1.763 m de altitud, su silueta es fácilmente identificable desde largas distancias. Su nombre viene del abanto, un ave rapaz (de la familia de los buitres) que se daba con frecuencia en la zona.


 Nuestra ruta comienza en el aparcamiento cerca del Hotel Felipe II, y al poco de iniciar la marcha nos encontramos con una empinada senda, junto al Embalse del Romeral, que nos introduce en una larga subida entre pinos que nos llevará hasta la cima del Abantos.

En el ascenso de casi 800 metros en 6 Km, en ocasiones  exigente, encontramos a nuestro paso  robles y extensos pinares. A medida que ascendemos, la mirada se dirige inconscientemente a la silueta que marca la grandiosidad del Monasterio de El Escorial.


El Monasterio de San Lorenzo El Escorial es una de las construcciones más importantes del cristianismo en Madrid y en España. Felipe II construyó el Monasterio como resultado de una promesa que hizo a la divinidad tras la victoria en la batalla de San Quintín. Su idea, no obstante, fue hacer algo grandioso para lo cual recabó información sobre las construcciones cristianas europeas más grandes y trató de superarlas.

La elección de El Escorial tuvo que ver con que años antes del inicio de su construcción, en 1563, Madrid se había establecido como capital del Reino (1554) y con la climatología de la Sierra, con temperaturas tan agradables en verano constituía un gran lugar para pasar temporadas y acercarse a Madrid cuando fuera necesario .

Son muchas las leyendas que se citan sobre la construcción. Hay una que cuenta que Felipe II eligió el municipio madrileño porque conocía la historia popular que afirmaba que allí había una serie de galerías que llevaban a una puerta al mismo Infierno. Esta leyenda medieval cuenta que Lucifer vivió a los pies del Monte Abantos, en la Sierra de Guadarrama justo antes de ser desterrado al infierno. Cuando eso ocurrió, creó siete puertas para acceder allí, una de ellas donde se ubicaría el Monasterio.


Otra, en la misma línea con alguna variación, también habla de las puertas del infierno. Se dice que el infierno, que por lo visto queda por debajo del suelo, tiene puertas de entrada. Una de ellas está en Italia, en Turín, y la otra, precisamente en El Escorial. La leyenda dice que el  rey Felipe II mando construir el Monasterio encima de la puerta del infierno para que hiciera de tapadera. Según dicen, estas entradas infernales tienen como vigilantes a perros con tres cabezas, los cancerberos. Para acentuar la leyenda, mientras se realizaban las obras del Monasterio, los trabajadores estaban atemorizados por la presencia de un perro muy fiero que les perseguía. Cuentan que capturaron al perro y lo ahorcaron exhibiéndolo sobre una de las torres. También ha llegado hasta nuestros días la anécdota de que el propio Felipe II, residente en las dependencias del monasterio, una vez que concluyeron las obras, decía escuchar los ladridos del perro muerto

Llegados a la cumbre -  Vértice Geodésico de Abantos(1.753 m) - Espectacular mirador y balcón de la libertad situado en un lugar de ensueño que hace volar nuestra imaginación, disfrutamos de bellas panorámicas de la meseta madrileña y de las cadenas montañosas que circundan.



En la vuelta, en primer lugar, entre los pinos que envuelven  al Valle los Caídos, nos acercamos al Real Pozo de Nieve de Felipe II (1527-1598) recubierto por una construcción de piedra, que protegía su interior de las altas temperaturas estivales. Estos pozos sirvieron para dotar de hielo a la Villa y Corte de Madrid, separada del paraje más de cincuenta kilómetros y muchas horas de caballería.



Más tarde, ya camino de vuelta,  decidimos volver por el mirador de Rubens - Cruz de Rubens(1.600 metros))- que enclavada en el Despeñadero y un poco apartada de la pista ofrece unas vistas magníficas del Monasterio y las Machotas. Es más que posible que se tratase de un encargo del rey, el caso es que Rubens se acercó hasta el Escorial para pintar el Monasterio de San Lorenzo. Abrumado por el que estaba considerado mayor edificio de la Tierra, buscó la perspectiva adecuada, que supo sería desde lo alto del monte Abantos.

La fuerza de sus pinturas hacen que pocos sepan el papel diplomático que Pedro Pablo Rubens desempeñó a lo largo de su vida. Fue por este segundo oficio por el que vino a Madrid en el 1629, en un intento de mediar ante Felipe IV para que España alcanzase la paz con Inglaterra.

Aquella estancia duró nueve meses y permitió que haya en España muchas obras del pintor holandés. Sólo salió en una ocasión de la capital, para visitar el Monasterio del Escorial. Allí tuvo tiempo de encaramarse a la sierra para pintar su conocida vista del Escorial.

Una cruz pintada de blanca se alza en el lugar desde el que asegura la tradición el holandés realizó su obra. Valga la descripción de la ruta que alcanza el sencillo monumento de recuerdo a la anécdota, en vista de la falta de la menor inscripción o placa que lo refiera.

Otra historia que  con muchos recuerdos en El Escorial  es la de Pedrín. Se llamaba Pedro Bravo y Bravo, aunque era conocido como Pedrín. Era monaguillo y contaba con tan sólo 8 años de edad cuando desapareció misteriosamente. Semanas más tarde, fue hallado sin vida en el Monte Abantos. Hoy, una cruz recuerda el lugar exacto en el que apareció. Su muerte fue considerada el misterio de la época y su historia se ha transmitido entre generaciones de serranos para no ser olvidada.

Muy bonita ruta, apta para quienes tengan una mínima condición física, de gran belleza paisajística  envuelta en muchas leyendas e historia.

FOTOS

  • Zona : Sierra de Guadarrama.
  • Recorrido: Circular.
  • Tipo de firme : Sendas muy divertidas.
  • Distancia total: 16.9 km.
  • Dificultad. medio.
  • Nivel: Medio - se precisa tener una mínima forma física.
  • Ascenso total: 860 m. 
  • Descenso total: 850 m. 
  • Altura máxima: 1.753 m. 
  • Altura mínima: 1032 m. 
  • Tiempo total: 7,31h. 
  • Tiempo en movimiento: 4,33 h. 
  • Agua : hay  3 fuentes  en  la ruta 
  • Señalización : siguiendo el track y sendas en gps

TRACK DE LA RUTA.


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