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martes, 24 de abril de 2012

Por el cordal de la sierra de La Cabrera


“No puedes fiarte de tus ojos si tu imaginación no está enfocada”.
Mark Twain

Tiempo: Cinco horas.
Situación. Sierra de la Cabrera.
Longitud: 10 kilómetros.
Desnivel:  400 metros (acumulado 750)
Dificultad: Fácil.
Material: Botas de media montaña y agua.
Recomendaciones: Procurar realizar la excursión sin lluvia.

Son cientos de veces los que tomo  la Nacional 1  en el camino hacia Soria, lugar de donde soy oriundo, y a pesar  de la reiteración;  una y otra vez me sigue causando grata sorpresa el encuentro con esta cadena montañosa,  mesurada en sus dimensiones pero con apuntes  de majestuosidad.
El conductor, en su coche, no queda impasible y desvía sin querer la atención y mirada llevado por el goce y deleite de tal fenómeno orogénico, tal vez producto de una erosión diferencial o del plegamiento hercínico de hace 250 millones de años.
Rocas de distintos tamaños, graníticas en su mayoría, pueblan este espacio privilegiado originando un relieve escarpado muy diferente; casi vertical en la vertiente meridional y más suave en la septentrional.
Tras dejar el coche en la gasolinera, en el extrarradio de la localidad,  tomamos una senda que nos traslada a la espalda de la montaña;  en los primeros momentos generosa en vegetación (roble melojo y jara)  y a medida que va encumbrando  incrementa proporcionalmente la zona rocosa y disminuye la vegetativa (encina y enebro).
El camino inicial convertido en sendero, apenas zizagueante, busca de forma inexorable tras superar  apenas kilómetro y medio el Pico de la Miel; mole de piedra de magnas dimensiones. Una vez allí,  descubierto el vértice geodésico (1392 metros) , nuestra mirada queda atenta y repara desde este lugar privilegiado en un sinfín de detalles; el embalse del Atazar, el cordal de Guadarrama desde el puerto de Somosierra hasta Peñalara, algunas de las cimas de Ayllón con Tres Provincias, el Cerrón,  el pico El Lobo y el Ocejón.

Destrepando los canchales que sujetan el Pico de la Miel, descendemos al collado para, en continuas subidas y bajadas, continuar nuestro recorrido por el cordal en la búsqueda del Cancho Gordo (1564 m); lugar más alto de la sierra; no sin admirar las múliples composiciones que las formaciones rocosas muy caprichosas en algunos momentos nos deparan.
 Llegados al Collado Alfrecho; y una vez repuestas las energías consumidas, decidimos una sección del grupo continuar a Cancho Gordo y otra ( entre los que me encuentro)  tornar al Pico de la Miel, para tomando la línea mas recta, vertiente meridional,  a pesar de las dificultades de la orogenia volver al al punto de partida.


 

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