Sus barrios, palacios y mercados son los principales puntos de interés que pueden motivar una visita a Seúl.
Localizada a unos 50
kilómetros de la frontera con Corea del Norte, Seúl ha sabido renacer de sus
cenizas después de su destrucción durante la guerra de Corea, convirtiéndose en
una dinámica y moderna ciudad en la que es imposible aburrirse
gracias a su extensa oferta cultural y de ocio.
No has de perder la oportunidad de pasear pos sus
maravillosos jardines.
Bukchon Hanok Village
Situado entre los Palacios Reales Gyeongbokgung y
Changdokkung, en la zona alta de la ciudad, es uno de los barrios más bonitos que ver en Seúl.
Conocido por sus hanoks, casas tradicionales coreanas construidas
de barro, piedra, madera, papel de arroz y con los tejados inclinados, este
barrio te trasladará 600 años atrás, cuando funcionaba como residencia de altos
funcionarios y nobles de la corte de la dinastía Joseon.
Merece la pena acercarse en metro a primera hora de la mañana para
poder recorrer el barrio con cierta tranquilidad y poder sacar una foto desde
la famosísima calle Bukchon-ro
11-gil, desde donde podrás ver la típica calle rodeada de tejados de casas tradicionales, con las
vistas de la ciudad al fondo.
Es muy importante tener en cuenta que este es un barrio residencial y, tal y
como indican los numerosos cárteles que te encontrarás en las calles, hay que
guardar silencio para no molestar a sus vecinos y sobre todo, no entrar en las
propiedades privadas para hacer fotos.
Templo
Jogyesa
El Templo Jogyesa, situado muy cerca de Insadong y rodeado de rascacielos, es el templo budista más importante que ver en Seúl, junto a Bongeunsa.
Oasis de paz en medio del caótico tráfico de Seúl, este templo fue construido a finales del siglo XIV y destaca por su amplio patio ajardinado con un pino de más de 500 años de antigüedad y una preciosa acacia de 400 años de edad, además de una pagoda de piedra de 7 pisos que guarda las cenizas del mismo Buda, traídas en el año 1914 por un monje cingalés.
Una vez te descalces, puedes entrar de forma gratuita en el interior del templo, conocido como el Salón del Paraíso, donde se ubican tres importantes figuras de Buda Amitabha doradas.
Palacio Gyeongbokgung
Son muchas las personas que alquilan un hanbok, el
traje tradicional coreano que se caracteriza por sus colores llamativos y
líneas simples, para hacerse fotos delante del bonito Palacio Gyeongbokgung. Además,
hay que tener en cuenta que si
vistes el hanbok, una de las muchas tiendas en las que puedes alquilarlo
está justo al lado del palacio, tienes la entrada gratuita a todos los palacios reales de Seúl.
Después del «espectáculo» puedes acercarte al
Geunjeongjeon, la sala principal donde se realizaban las ceremonias y los
funcionarios mostraban los informes al rey, para después ir visitando los
aposentos de la reina y otros pabellones, hasta terminar en el estanque de
flores de loto.
Cheonggyecheon
Este es un paseo por un río artificial -de Cheonggyecheon- que va desde la plaza Cheonggye hasta el mercado
Gwangjang.
Este río que recorre 6 kilómetros del centro de Seúl fue cubierto por una autopista que mejoraba el tráfico pero empeoraba la salud de los habitantes de la ciudad, por lo que se decidió suprimirla y restaurar el río que ya estaba seco algo que, como puedes imaginar, fue todo un acierto.
Después de una inversión millonaria, se ha conseguido
un agradable espacio público con
vías peatonales que conectan ambas orillas del río y espacios verdes perfectos
para pasear, practicar deporte o hacer un picnic. Nosotros recorrimos varios
tramos y sin duda, es una de las experiencias más agradables que nos llevamos
de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario