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jueves, 8 de diciembre de 2022

Jerash, el mejor tesoro de Roma en Jordania.

  Roma era grande en los brazos, en el gobierno, en la ley. – Goldwin Smith

Gerasa o Jerash es el nombre de una antigua ciudad de la Decápolis romana.

Situada en las colinas de la bíblica Gilead, salpicadas de olivos e higueras, Jerash es una de las diez urbes que conformaban la Decápolis, el conjunto de ciudades comerciales que se extendían en la frontera oriental del Imperio romano, en los territorios que actualmente ocupan Jordania, Siria, Israel y Palestina. En el tramo que comunicaba Petra con Damasco, Jerash ocupaba un lugar clave en el Camino de los Reyes, una ruta comercial de vital importancia que unía el Nilo con el Éufrates cruzando la península del Sinaí y el Levante mediterráneo.

Las Decápolis fueron un grupo de 10 ciudades situadas en la zona más oriental del Imperio Romano y que trataban de «civilizar» en la cultura romana a la zona más oriental del imperio tras la anexión de Siria por parte de Pompeyo en el año 63 a.C.

Gracias a los escritos de Plinio el Viejo, conocemos hoy en día los nombre de las 10 ciudades, muchas de ellas hoy no son más que ruinas, pues fueron abandonadas en diferentes épocas. Ya en la época de Trajano, debido a la incorporación de Arabia al Imperio, su función original entró en desuso. Algunas de ellas como Ammán o Jordania son hoy en día las capitales  de Jordania y Siria. Sus ruinas representan una de las ciudades romanas más importantes y mejor conservadas del Próximo Oriente, al noroeste de Jordania.

Las 10 ciudades:

  • Jerash ( Jordania)
  • Escitópolis (Israel)
  • Hippos ( Israel)
  • Gadara (Jordania)
  • Pella  (Jordania)
  • Capitolias (Jordania)
  • Canatha (Siria)
  • Abila (hoy Raphana,  Jordania)
  • Philadelphia (hoy Ammán, la capital de Jordania)
  • Damasco, la capital de Siria.


Entrar en Jerash, la antigua Gerasa, una ciudad que llegó a tener cerca de 20.000 habitantes, es viajar en el tiempo, es casi como adentrarse en la antigua Roma.

Fundada por los sucesores de Alejandro Magno y construida en su mayor parte entre el final del siglo I a. C. y el siglo II d. C., la ciudad tuvo su máximo esplendor tras su incorporación a los dominios de Roma.

Impresiona ver el buen estado de las columnas del templo de la diosa Artemisa, la grandeza de la plaza Oval o la acústica del teatro

Fue cuando se diseñó el plano básico de lo que conocemos hoy: un trazado de columnas que se extiende de norte a sur, atravesado por dos calles laterales; un templo dedicado a Zeus frente a la plaza Oval, la expansión del templo de Artemisa y la construcción de su gran teatro al sur.

Historia viva



La historia parece revivir en este grandioso complejo de ruinas. Los monumentos más importantes de Jerash siguen en pie. Impresiona ver el buen estado de las columnas corintias del templo dedicado a la diosa Artemisa, la acústica del Teatro del Sur o la grandeza de la plaza Oval.



Empezamos el recorrido en el Arco de Adriano, un arco del triunfo construido para celebrar la visita del emperador y honrar al artífice de la prosperidad de la que disfrutó Jerash durante su reinado. 



Cerca se encuentra el hipódromo, un enorme estadio de más de 245 metros de longitud y 52 de ancho y un aforo para 15.000 espectadores, que en aquellos tiempos podían contemplar carreras de cuadrigas y otros deportes. Es el edificio más grande.

Levantada en el siglo I d. C., la plaza Oval conectaba el Templo de Zeus con la avenida principal. Esta espaciosa plaza, pavimentada con las piedras originales, está rodeada por una ancha acera y un conjunto de columnas jónicas del siglo I d. C.

En el centro hay dos altares y una fuente del siglo VII d. C. No está claro cuál era su función, pero lo cierto es que las 56 columnas que la rodean hacen que sea uno de los lugares más espectaculares de Jerash.

Saliendo de la plaza se alcanza el grandioso cardo maximus o avenida de las Columnas, de 800 metros de longitud. Con un mercado cubierto donde se organizaba el comercio, fue el centro de Jerash. Ocupa la principal vía y aún se pueden observar las huellas de los carruajes en el pavimento. Un sistema subterráneo de alcantarillado recorre la avenida y los orificios, visibles, situados regularmente a los lados de la calle canalizaban el agua de la lluvia hacia los desagües.



Siguiendo hacia el norte se encuentra el templo consagrado a la diosa Artemisa, uno de los mayores santuarios de Jerash. Hoy en día quedan 11 de las 12 columnas corintias que lo componían, pero según los libros de historia lo más impresionante del templo eran sus bellas estatuas, desafortunadamente de­saparecidas.



También en la avenida de las Columnas se encuentra el Templo de Dionisio, del siglo II, reconvertido dos siglos más tarde en una iglesia bizantina, conocida posteriormente como la catedral. En la parte superior está situado el santuario de Santa María, con una inscripción dedicada a la Virgen María.

Teatros


En Jerash hay dos teatros. El más grande, el del Sur, con capacidad para 3.500 espectadores, tiene una acústica extraordinaria, amplificada por los nichos de la base del podio, que hace de caja de resonancia.

El Teatro del Norte se construyó en el año 165 d. C., tenía originalmente solo 14 filas de asientos y se utilizaba para pequeñas representaciones, reuniones del consejo de la ciudad, etc. Años más tarde se duplicó su tamaño hasta alcanzar su capacidad actual, un aforo de 1.600 personas. El teatro cayó en desuso en el siglo V y muchas de sus piedras se extrajeron para construir otros edificios.

Paseando por la vieja Jerash es inevitable imaginar cómo debió ser la vida allí hace más de 2.000 años, con el centro abarrotado de tiendas y edificios espectaculares. Para completar la visita, a la que hay que dedicar, al menos, una mañana, es recomendable visitar el Museo Arqueológico, que está en la propia ciudad.

Fuente. https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/05/16/fortunas/1558025365_660360.html



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