Llegamos al ecuador de
octubre de 2015. Entrado el otoño, tienden las hojas a perder la estabilidad y
equilibrio de estaciones precedentes; roto el cordón umbilical a la
rama se desploman lentamente y buscan el manto frío del bosque.
Los contrastes, pronto, iniciarán
caminos desiertos; desaparecerán despacio buscando el invierno.
Del otoño aprendí que por más que año tras año caigan las hojas: el árbol
sigue en pie. Esperará paciente la vuelta de una nueva primavera; y con ella
nuevas hojas surgirán con fuerza para completar un nuevo ciclo; el
ciclo de la vida.
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