Otoño en soledad.

El otoño es soledad, es desierto; soledad de árboles que dejando caer lentamente sus hojas esperan desnudos el invierno, soledad y desierto del bosque que ante sí sólo encuentra  silencio, prestos fueron marchando aves, mamíferos y muy diversos reptiles; soledad del viento que despiadado azota con frío y  fuerza;  soledad y desierto de miles de bancos de parques y jardines, que tristes entonan plegarias para, de nuevo, encontrar gentío que de sentido a su existencia. Quedan, con paso corto,  las hojas ...

Llegó diciembre, mes de hielo y de nieves, días de amargura; apenas amanece ya es la noche oscura. "En acabando noviembre, quien no sembró que no siembre" (refranero castellano).