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domingo, 1 de abril de 2012

Senda Ecológica y Abedular de Canencia.


“Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos”.
Facundo Cabral.
 

Tiempo: Dos horas y  media.
Situación. Alrededores del puerto de Canencia.
Longitud: 8,5 kilómetros.
Desnivel: 90 metros (Puerto de Canencia, 1562 metros – Casa de El Hornillo, 1658 metros).
Dificultad: Muy fácil.
Material: Botas de media montaña.
Recomendaciones: Es recomendable llevar una guía de especies vegetales. A los aficionados a la fotografía no les sobrará el trípode.

Hoy visitamos la senda ecológica  y el abedular de Canencia; apto para casi todos los públicos es un paraje privilegiado que se expresa como un libro abierto. Doméstico trayecto que recorre la umbría de dicho puerto que separa Miraflores de Canencia. Su recorrido es tan sencillo como hermoso y muestra abundante vegetación con ansia de agua en estas primeras semanas de la primavera de 2012.
Nos sorprendió la escasa afluencia de visitantes al puerto, hecho que permitió que los sonidos del bosque fueran acompañándonos gratamente a lo largo de todo el recorrido; sin ser expertos en aves, advertimos la presencia de carboneros, herrerillos y algún que otro picapinos que armónicamente rompían un silencio envuelto en aromas diversos, entre los que destaca el pino.
Los expertos señalan que en el puerto de Canencia estamos ante en un bosque oromediterráneo relicto, esto es, representante de épocas pasadas más húmedas con abundante vegetación; La escasa altitud del puerto de Canencia, junto al que se extiende, y su protegida orografía propician unas condiciones ambientales menos ásperas que los entornos de collados más altivos, como el cercano de La Morcuera o el mismo puerto de Navacerrada. Es llamativa la sorprendente comunidad vegetal que se agolpa reiteradamente a ambos lados de los senderos transitados; Abundan  Abedules, tejos, acebos, brezos, pinos y  robles, algunos de los cuales presumen  y muestran armoniosas proporciones.
El lugar más popular de la zona es la denominada chorrera de Mojonavalle, que no cascada ( no advierto la diferencia);  hermoso salto de agua en otras primaveras;  hoy con su cauce mermado, sin embargo, sigue impresionando al viajero. Permanece en su cauce algún resto de nieve en la zona más alta.
El lugar parece erigido para la contemplación; ascendemos y quedamos frente al cauce durante un prolongado tiempo escuchando el canto del agua en el encuentro con las rocas.

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