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domingo, 27 de junio de 2010
Siete Picos..... ascendimos a uno.
domingo, 20 de junio de 2010
Nacimiento del Duratón.
E
En innumerables ocasiones, camino a la patria castellana de la cual quien escribe es oriundo, diviso desde la A1 , una vez salido del túnel, a mi derecha, próximo al lugar donde la D.G. de Tráfico nos invita atenuar nuestra velocidad hasta un ridículo 80, so pena ser sancionados con excesivo rigor, un salto de agua que surge en la ladera de la montaña entre roquedales, prados y pinares.
Este salto-cascada- se hace visible con mayor notoriedad en épocas con generosa pluviometría, como ocurre en el año en que nos encontramos.
Para hasta allí llegar, nos dirigimos al pueblo de Somosierra, abandonamos el pueblo y, por una carretera en desuso, a un kilómetro aproximadamente, aparcamos el coche y tomamos una pista forestal. En 15 minutos una senda de tierra nos lleva hasta la base de las cascadas.
Quedo gratamente sorprendido ante tal fenómeno de la naturaleza. Me parece un lugar impresionante e inimaginable pues desde la carretera únicamente pude en innumerables ocasiones detener mi mirada en una parte de un todo que hoy, forzado por la curiosidad, ciertamente me llegó más que a sorprender.
Es el nacimiento del Duratón.
domingo, 13 de junio de 2010
JARA PRINGOSA
lunes, 7 de junio de 2010
ASCENSIÓN AL YELMO.... 6 JUNIO DE 2010
“No basta dar pasos que puedan conducir hasta la meta; sino que cada paso sea una meta, sin dejar de ser un paso”
Eckerman, J. P.
CANTO COCHINO, EL YELMO, EL TOLMO, CANTO COCHINO.
Datos técnicos. Es el aparcamiento de Canto Cochino el punto de partida de la ruta. Tras cruzar una pasarela de madera que salva el Manzanares, este año generoso en caudal gracias a una notable pluviosidad inverno/primaveral, buscamos una vereda que nos lleva a la ascensión del Barranco de los Huertos. La prolongada ascensión nos conduce al Mirador del Tranco y posteriormente al Collado de la Encina, nuestra mirada queda embriagada ante continuos jarales en plenitud y apogeo, mires de flores blancas de jara impactan gratamente al caminante dejando en un segundo plano el esfuerzo y sudor de la ascensión. La magestuosidad del Yelmo sorprende al caminante. Esta gran mole de piedra hace que detengamos la marcha y reparemos ante tal elemento sobrenatural. Ya en la pradera, buscamos una sombra y realizamos un breve descanso. Una fuente que forma un pequeño a la vez que breve regato permite que repongamos los líquidos perdidos en la ascensión. Tras el oportuno descanso, con ingesta de bocata incluido, emprendemos la segunda parte de la ruta. Una senda caprichosamente zigzagueante, con un importante desnivel, y un firme muy deteriorado con piedras y arena muy poco asentados nos llevará, en muy poca distancia, a una gran roca que atiende al topónimo de Tolmo. Desde la base del Tolmo giramos a la izquierda y llaneando dejamos a nuestra izquierda el refugio Giner, y adentrándonos en sendas por pinares llegamos en veinte minutos al punto de partida. . |